Presentación del II Encuentro
Buenos días a todas y a todos:
Lo primero de todo y antes que nada, daros la bienvenida a Córdoba, al
Centro de Profesorado Luisa Revuelta y al II Encuentro de Docentes de Ciencias
Sociales, que hemos tenido el gusto y la fortuna de organizar en esta ciudad
nuestra y vuestra.
También lo primero es el agradecimiento que en nombre de la Organización,
de Sonia, Pepe, Eloy y en el mío mismo, queremos daros a todos vosotros y
vosotras por haber elegido estar hoy aquí, por querer compartir vuestro tiempo,
vuestro conocimiento, vuestra experiencia y vivencias con nosotros, porque por
el motivo que sea, habéis optado por echar el día en Córdoba de este modo,
encontrándonos por ser docentes de Ciencias Sociales, inconformistas que no
quieren dejar de aprender de colegas que experimentan, investigan, innovan,
reflexionan, replantean.
Quizá no debiera ser yo quien estuviese en esta mesa en este momento
hablando. Sinceramente lo creo por no ser el más indicado para ello, pero la
insistencia machacona de mis compañeros así lo ha querido. Con todo, gracias. No
me quedó más remedio, no supe escabullirme, y sólo eso justifica esta
presencia. En ningún caso, mérito alguno.
El 1 de octubre del pasado año publicamos en el blog del Encuentro la Carta
de Presentación, el cancel o vestíbulo de entrada de lo que debería ser el
edificio a construir, esto es, la actividad formativa que hoy nos reúne. Y esa
Carta que algunos habréis leído arrancaba con una cita de Manuel Jesús
Fernández Naranjo, que, de manera parafraseada, venía a decir que José L.
Redondo, “querido y comprometedor”, le había propuesto celebrar un encuentro de
la gente de Sociales en su instituto lebrijano. “Difícil y complicado”, pensó,
aunque también “ilusionante. Y manos a la obra”.
Y, literalmente, apostillaba:
“Desde aquí planteo algo que está
en la trastienda del encuentro: hay que continuar y debería haber un encuentro
anual que continuara con esta iniciativa. Y creo que puedo nominar a los
docentes cordobeses que me han aguantado ya más de una vez (y a José Luis
también) para que organicen el del curso que viene. #eDccss15, como el EABE15
debe ser cordobés”. Hasta aquí la cita. Pues, como él escribió, ¡manos a la
obra!
Cierto es que pasó el tiempo y la cita quedó pública mas olvidada. Una
nueva incitación, un zarandeo digital, una amigable invitación, nos puso en un
compromiso irrechazable (“sé que os pongo en un compromiso”, nos decía Manuel
Jesús, en la esperanza compartida de que nos volviésemos a ver).
¿Y por qué no tirar para adelante cuando nosotros mismos nos lo pasamos
bien en Lebrija, aprendimos, compartimos didáctica, os conocimos a muchos/as de
los aquí presentes, y volvimos convencidos de que merecía la pena seguir con el
proyecto?
Como de manera algo bromista siempre he dicho en la reuniones
preparatorias, medio-queriendo-medio-sin-querer, somos los herederos –como
diría en Cuéntame Antonio Alcántara a
su hijo Carlos, “¡heredero!- de aquel I Encuentro de octubre de 2014, que
sirvió para coger el relevo, el testigo o la antorcha, heredar el blog, retomar
y reverdecer los objetivos marcados, que son en el fondo los mismos, mantener
vivo el que me gusta llamar el “espíritu de Lebrija”.
Las aportaciones compartidas allí, el ambiente íntimo y la amistad que se
respiró convirtieron aquel encuentro en un éxito, éxito porque los objetivos
trazados se completaron.
En esta reunión abierta, libre, no formal, horizontal, los objetivos -retocados,
remozados y heredados- son abocetadamente:
1. Crear en esta jornada formativa y convivencial un
espacio de reflexión en torno al conocimiento didáctico y su práctica, la
enseñanza y el aprendizaje de las Ciencias Sociales.
2. Darle al Encuentro una cadencia anual, un carácter
innovador, entre iguales, estructurado en torno a un programa, pero abierto en
todo al diálogo.
3. Debatir sobre las posibilidades y potencialidades
de las disciplinas específicas, las nuevas metodologías y tecnologías, darle
tiempo a las experiencias propias de aula, profundizar en las competencias sociales
y ciudadanas del mundo complejo, global e instantáneo en el que vivimos.
4. Enredar la formación docente con la relación
personal, el trato humano, las personas que están detrás de una pantalla o de
un teclado, y delante del alumnado haciendo sociedad.
5. Y por último, publicar lo que concluyamos, lo que
digáis.
Quisiera ahora, en este instante inicial, daros la enhorabuena y el
agradecimiento a todos y todas los que habéis aportado vuestros
documentos-marco y vuestras comunicaciones, hoy aquí o mañana en la calle en el
itinerario cultural, algo más que un granito de arena, más bien sólidos
sillares del edificio que ahora inauguramos. El espíritu de compartición y
debate que hubo en el IES Virgen del Castillo tenía que pasar -y lo tuvimos
claro- por la aportación colaborativa como elemento clave para forjar la
actividad, un encuentro físico e intelectual –como decimos en el Prólogo a
dichos documentos-.
Los documentos han sido “pilar imprescindible para tal menester”. Por
vuestras generosas, voluntariosas y libres aportaciones, mil gracias. Con ellas
ya sabemos a qué hemos venido, y el motivo –escrito está- es halagüeño. Dentro
de un rato nos servirán de foro, de ágora, de plaza en la que charlar y en la
que escuchar.
Antes de acabar, dar las gracias al Consorcio de Turismo de Córdoba por su
gentileza a la hora de ofrecernos sus recursos divulgativos y turísticos -que
encontraréis en las bolsas-, así como al CEP por darnos cobijo y por sufragar
los gastos de imprenta, el desayuno y los obsequios que ha tenido a bien
entregar a los ponentes.
Por último, como en alguna otra ocasión habré dicho –veis que me resisto a ser innovador muchas veces-, es grande la
felicidad que siento, que sentimos el grupo
de Córdoba, porque la idea se hizo realidad, con el aire que nos impulsó
desde Sevilla y con la manera nuestra de haber hecho lo que nos trae hasta este
punto.
Los denominadores comunes de vernos más libres, por nuestra cuenta (“por
iniciativa propia y sin ningún reconocimiento”, como dejó escrito Manuel Jesús
en el arranque de esta aventura) -por supuesto, siempre agradecidos a cuento
hemos recibido-, pero un poco furtivos
–si se me permite la expresión-, esos denominadores no debieran perderse en la
siguiente meta volante, que llegará el próximo curso “en otra ciudad de
encuentro social y cívico”, en la que, si queremos, nadie nos impedirá
compartir, aprender, disfrutar durante otro fin de semana con el oficio de
compañeras y compañeros, y con la pasión que a todos nos produce el desempeño
del mismo. Si no fuera por ella, por esa pasión, ahora no estaríamos juntos
haciendo realidad este II Encuentro.
Seguro que la jornada nos será provechosa. Espero que ayer tuvieseis un
buen viaje hasta Córdoba y que os lo pasareis bien echando un rato de charla y
tapeo en Plateros, y, con los que queráis y podáis, continuaremos mañana por el
callejero histórico cordobés en una ruta ideada e interpretada por el profesor
de la UCO, Francisco Valverde Fernández.
Quiero terminar esta presentación citando palabras de Manuel Jesús
Fernández Naranjo, las que nos despertaron del recuerdo, las que nos activaron
tras el descanso veraniego, las que nos comprometieron:
He dejado pasar las
vacaciones y esta primera semana de aterrizaje para comentarte lo que Miguel
Ángel Pereira, del CEDEC y José Luis Redondo, hablamos en el curso de flipped classroom de Valencia sobre la
continuidad del encuentro.
Creo que todos los
que asistimos, ahora hace casi un año, al primer encuentro sabíamos que era el
inicio y que lo complicado era continuar. Algo que creo que también, tanto los
que acudimos como los que no, creemos que es muy necesario para todos: para
volvernos a ver y para seguir aprendiendo de las experiencias de los
compañeros.
Y aquí estamos para seguir aprendiendo. ¡Muchas gracias!
José R. Pedraza Serrano
Elisa Hidalgo Ruiz, como directora del CEP, tiene la palabra para daros la
bienvenida e inaugurar el Encuentro.
Y a continuación, Pepe Moraga Campos hará un repaso de la estructura del
día y de varios aspectos relativos al desarrollo de la jornada.
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